Sólo 1 de cada 4 españoles es partidario de tener más periodos de vacaciones escolares.

31 agosto, 2016

“Sólo 1 de cada 4 españoles (27%) es partidario de implantar un calendario escolar similar al aprobado en Cantabria en su Comunidad Autónoma”, según se desprende de datos recogidos en el Ómnibus de Ipsos España. El objetivo del estudio es conocer la postura de los españoles mayores de 15 años ante el nuevo modelo de calendario escolar aprobado por la comunidad cántabra, que incluye una semana de vacaciones cada dos meses, racionalizando los tiempos lectivos.

El estudio de IPSOS recoge cierto rechazo hacia este nuevo modelo educativo, aunque cabe destacar un importante porcentaje de indecisos: el 53% se muestra contrario, pero un 20% no sabe o no contesta. Una de las principales razones de los detractores es que, según el 53% de los encuestados, el nuevo calendario escolar dificulta la conciliación de la vida familiar y laboral, frente al 28% que considera que no la dificulta. Además, el 45% considera que su implantación no influiría positivamente en el rendimiento de los estudiantes, frente al 33% que cree que sí que podría resultar positivo.

Según los españoles, los más beneficiados del nuevo sistema serían los profesores (52%) y los alumnos (36%), mientras que el 58% asegura que son los padres los más perjudicados por el calendario cántabro, seguidos de los propios alumnos con un 23% y en tercer lugar, de otros familiares como abuelos o tíos con un 21%, que frecuentemente se hacen cargo de los más pequeños durante las vacaciones escolares.

Los jóvenes, a favor del cambio

Los más jóvenes (entre 15 y 24 años), público al que afectaría directamente el nuevo calendario, se muestran partidarios del modelo cántabro que obtiene un 49% de apoyo entre este grupo. Los mayores de 25, se manifiestan mayoritariamente en contra (56%) Aun así, existe cierta paridad entre los jóvenes que piensan que el nuevo calendario escolar sí que influiría positivamente en el rendimiento de los estudiantes (44%) y entre aquellos que consideran que no (41%). Lo que sí que parece que tienen claro es que el cambio beneficiaría sobre todo a alumnos (54%) y profesores (45%), y que los más perjudicados serían los padres (51%).